LA SONRISA SINCERA
¿Qué hay más bonito que compartir SONRISAS con los amigos?
Con los amigos de verdad, lo que compartimos son SONRISAS SINCERAS, muy diferentes a las sonrisas sociales que muchas veces mostramos para ser políticamente correctos y relacionarnos con nuestro entorno social.
¿Y qué entendemos «por sonrisa sincera»?
Pues es lo que llamamos, «la sonrisa de Duchenne», cuyo nombre proviene del investigador Guillaume Duchenne, que determinó que este tipo de sonrisa involucra la contracción de los músculos cigomático mayor y menor cerca de la boca (los cuales elevan la comisura de los labios) y del músculo orbicular cerca de los ojos (que eleva las mejillas y produce arrugas alrededor de los ojos).
Indica una emoción espontánea y genuina, ya que la mayor parte de las personas no pueden contraer a voluntad el músculo orbicular.
Por ello suelo decir que son los ojos los que sonríen de verdad y no los labios.
Estamos acostumbrados a sonreír de forma consciente y, a veces, forzada, porque sabemos que nos ayuda a estar integrados en la sociedad.
Sonreímos para dar los buenos días, para pedir un favor, para preguntar una duda… y usamos la sonrisa para comunicarnos de forma más amable, pero muchas veces, esa sonrisa no lleva ligada la emoción de la alegría, espontánea y genuina. Es una herramienta de comunicación que decidimos aplicar para tener más posibilidades de ser escuchados o de trasladar mejor nuestro mensaje.
Durante la pandemia de covid, nos hemos visto obligados a fijarnos más en los ojos de las personas ya que la mascarilla, escondía la boca, y hemos entrenado la capacidad de detectar emociones en los ojos. Lo hemos hecho de forma intuitiva por la necesidad de entendernos, a pesar de las circunstancias.
Si esta capacidad la desarrollamos, sin depender solo de la intuición y contamos con técnicas de comunicación corporal, que nos ayuden a captar mejor las emociones sinceras de las personas con las que nos relacionamos, tendremos más posibilidades de desarrollar relaciones más sanas, más empáticas y más productivas, dentro del entorno personal y laboral.
Somos personas tratando con personas, y detectar las sonrisas sinceras, nos ayuda a contagiarnos de esas emociones positivas y a disfrutar más de nuestras relaciones.
¿Te interesa la comunicación corporal?